Tendencias del envase y embalaje en el sector alimentario

La sostenibilidad se ha convertido en uno de los temas más destacados del sector de los envases y embalajes a nivel mundial, además de centrar la atención de consumidores, minoristas y marcas, también ha pasado a ser el centro de atención de ONG y organismos reguladores. A nivel mundial, muchos países han implantado o están estudiando cómo adaptar la legislación a los principios de la economía circular, lo que está impulsando, inexorablemente a cambios en los envases y embalajes, por ejemplo, en España este año 2023 cuenta con normativas más restrictivas y tasas de reciclaje obligatorias para el uso de plástico de un solo uso, por parte de los propietarios de marcas, y se espera que haya muchas más normativas en los próximos años.

Los envases y embalajes sostenibles ya no son una elección de la marca o del consumidor, sino un estricto mandato gubernamental. 


Muchos de los materiales que se fabrican los envases y embalajes están basados en combustibles fósiles y materiales no reciclables, están o estarán prohibidos antes del 2030, las empresas se enfrentan a fuertes impuestos y multas por los envases y embalajes que no se reutilizan o reciclan. En los países, se puede observar en la actualidad nuevas leyes relacionadas con estas restricciones en todo el mundo, por el momento no hay una norma general para todos, siendo complejo para las empresas exportadoras saber las leyes y directivas de cada zona, ni en Europa hay una directiva pero cada país la adapta según su criterio a una ley, siendo no unificado, se prevé una unificación, pero por el momento no se ponen de acuerdo en homogenizar la norma.

Hay tres palancas que tenemos que tener en cuenta para los próximos años a nivel de envases y embalajes. Las cuales son regulación gubernamental, fibras recicladas y envases y embalajes inteligentes. A continuación, una breve explicación de cada uno.

En la actualidad el establecimiento de sistemas de Responsabilidad Ampliada del Productor (RAP) en los mercados desarrollados, hay una creciente prevalencia de normativas sobre el cambio climático que afectan a los materiales de envasado como es la Directiva (UE) 2019/904 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 5 de junio de 2019, relativa a la reducción del impacto de determinados productos de plástico en el medio ambiente, donde los países de la comunicad EU están basándose para crear sus leyes y directivas específicas.

En el 2030 se prevé que muchos materiales de envasado basados en combustibles fósiles y no reciclables estarán prohibidos y las empresas se enfrentan a fuertes impuestos y multas por los envases que no se reutilizan o reciclan.

Hoy el uso de fibra reciclada en aplicaciones en contacto con alimentos ha sido obstaculizado por la seguridad y problemas de migración alimentaria y hay una falta de normas jurídicas claras.  

En los próximos años se prevé que poder comercializar fibras recicladas seguras para los alimentos, serán aprobadas por la Agencia de Seguridad Alimentaria y Nutrición de cada país  y la Autoridad de Seguridad Europea ( en inglés llamada European Food Safety Authority - EFSA), mejoras en la tecnología de reciclaje y una mejor trazabilidad de la cadena de suministro permitiendo el uso seguro de la fibra reciclada en aplicaciones alimentarias.

Hoy a los consumidores les resulta difícil estar informados sobre el impacto medioambiental y la eliminación adecuada de los materiales que se utilizan.

En el futuro tendremos envases inteligentes que permitirán a los consumidores tomar decisiones sostenibles con conocimiento de causa y mejorar la trazabilidad a lo largo de toda la cadena de valor.

Para concluir nuestra visión es que en los próximos años el consumidor no podrá elegir entre sostenibilidad y la comodidad. Esperarán ambas cosas. Las marcas necesitarán soluciones de envasado que ofrezcan buenas opciones sin comprometer la comodidad y el rendimiento.

En 2030, la sostenibilidad no será una opción de marca, sino un estricto mandato gubernamental. Los materiales y tipos de envases y embalajes que no alcancen los umbrales de rendimiento medioambiental disponibles para su uso van a extinguirse.

En 2030, los consumidores percibirán los envases de fibra como la solución más sostenible y el reciclado, la reutilización y el compostaje aumentarán, pero se estima que el 21% de todos los envases alimentarios seguirán yendo a parar a los vertederos y la incineración y se calcular que un 20% de los envases y embalajes se usarán como compost en los hogares de todo el mundo.

El envase y el embalaje seguirá jugando un papel esencial para la marca, protegiendo el producto y desempeñando el rol de visibilidad de marca, promocional gracias a campañas altamente personalizadas y la tecnología inmersiva.


 

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